Es orientar a las personas o parejas que estén considerando divorciarse. Ellas requieren conocer sobre lo que conlleva ese proceso, las alternativas que tienen, así como los pros y los contras. Pero lo más importante que deben saber es que siempre existe un camino para culminar su relación minimizando al máximo el impacto negativo y el conflictivo. Ese camino se llama “El Buen Divorcio”.
Tomarlo garantiza la salud mental y emocional de todos los miembros de la familia, en especial la de sus hijos, porque al final siempre seguirán siendo una FAMILIA.
Cuando nos casamos lo hacemos con la ilusión que será para siempre. Pensamos que a pesar de que puedan existir diferencias, estas se irán arreglando en el camino. Pero en algunos casos, sin que la pareja se dé cuenta, se puede caer en una relación tóxica que consecuentemente nos empuja a tomar una decisión definitiva. Entonces surgen las dudas:
¿Cómo se lo digo? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo puedo tomar este primer paso? ¿Cómo hago para no herir a los demás? Pero, sobre todo: ¿Cómo hago para no herirme a mí misma (o)?
Son preguntas difíciles de autocontestar simplemente porque no llegamos a esta vida con un manual bajo del brazo para enfrentar las distintas responsabilidades y retos que se nos presentan en nuestro camino.
El matrimonio es un contrato, un compromiso, es admiración mutua, complicidad, amistad de la buena, comunicación, comprensión y puedo seguir enumerando cualidades importantes que son las claves para que perdure en el tiempo.