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Los 10 mandamientos para separaciones exitosas

El decálogo del “Buen Divorcio” es un documento declarado de utilidad pública por el Ayuntamiento de Madrid. Su objetivo es orientar a las familias que se encuentran en un proceso de ruptura, para que esta sea llevada de la mejor manera posible. Así, se minimizan posibles traumas para la pareja y sus hijos. Justamente son estos últimos la principal motivación para que el proceso se realice en un ambiente de coherencia y cordura. Recordemos que la sociedad requiere de niños emocionalmente saludables; y si los padres están bien, ellos también.

  1. El divorcio es algo más que un proceso legal. ¿Por qué? Porque nace de las emociones de los que están involucrados. No podemos perder la perspectiva de que hablamos de seres humanos, que lo único que realmente desean es una solución inmediata a su situación, así como evitar culpables y resentimientos que solo deja sentimientos de inestabilidad, angustia y mucho dolor. Cuando hay niños de por medio, ellos terminan especialmente afectados.
  1. El problema no es el divorcio sino el “Mal Divorcio”. La decisión de terminar el matrimonio debería ser simple. Evitar lo contencioso. Cuando el final ocurre de la peor manera no solo se desgasta la pareja y sus hijos, sino también la familia de ambos. Y aunque ustedes no lo crean, los abogados de las partes también resultan afectados. Su preparación profesional no los exime de su condición humana.
  2. De común acuerdo todos ganan. Más que un mutuo acuerdo o esperar eternamente una separación de hecho, se trata de una buena negociación en donde dos personas adultas pueden elegir tomar el control de la situación y optar por un buen diálogo. Al generar un ambiente de paz, al lograr una comunicación efectiva en la que no existan culpables, ambos ganarán en beneficio de sus hijos. Al final se lo agradecerán.
  1. Se separan los padres, no los hijos. Una vez arranca el proceso de divorcio, los padres comienzan otro tipo de relación familiar. Es en este momento que resulta muy importante que los progenitores eviten comentarios destructivos entre ellos frente a sus hijos. Lo ideal es que la relación filial se soporte en el amor que los unió alguna vez, pues al final siempre seguirán siendo familia.
  1. La separación no supone la perdida de ninguno de los progenitores. Los padres deben asegurarles a sus hijos que no son los culpables de la ruptura, explicarles claramente que siempre los seguirán amando y que, aunque ya no son pareja, prevalecerá el respeto, la comunicación y el compromiso de ocuparse de ellos porque son lo más importante en sus vidas.
  1. Los hijos no son propiedad exclusiva del padre o de la madre. Aunque uno de los padres tenga la guarda y crianza de los hijos, el amor y el cuidado de ambos progenitores es imprescindible para el saludable crecimiento emocional de los hijos. Por eso, debe prevalecer un sentido de madurez que los haga consciente de que sus hijos los aman indistintamente a los dos. Obstaculizar las visitas y el derecho de los hijos a compartir con el otro progenitor genera graves perjuicios psicológicos a los niños. Recuerden: El divorcio fue su decisión, no la de sus hijos. Lleven la fiesta en paz.
  1. El divorcio no pone fin a las obligaciones compartidas con respecto a los hijos. Los padres tienen el deber de mantenerse comunicados de manera honesta y abierta, así como de apoyar con entusiasmo todas las actividades y decisiones importantes en relación con la educación y actividades extracurriculares de sus hijos. Si en algún momento surge alguna discrepancia, es vital resolverla cuando sus hijos no estén presentes.
  1. Lo importante es la calidad de la relación con los hijos. Dicho esto, por favor no entren en pánico contando los días del calendario. Disfruten de los momentos que compartirán con sus hijos. Hagan que ellos sientan que ese tiempo es valioso. Eviten usar esos espacios para indagar sobre los que hace el otro progenitor. Esmérense por ser tan auténticos que sus hijos siempre quieran volver a verlos.
  1. No utilizar a los hijos. Ellos no son mensajeros para enviar recados. Mucho menos esperen convertirlos en árbitros ante los conflictos que ustedes como padres puedan enfrentar. Nuevamente, recuerden que ellos los aman indistintamente de lo malo que pudo ocurrir entre ustedes. Realmente, a ellos eso no les importa, ni les compete.
  1. Facilitar la adaptación del menor a las nuevas parejas. El tacto es lo que debe prevalecer en el momento que aparezca una nueva pareja para cualquiera de los padres. La incorporación de esa tercera persona en la vida de los hijos, al entorno familiar, debe ser progresiva. Lo prudente es evitar relacionar a sus hijos con parejas eventuales o casuales.

Como pueden observar, El Buen Divorcio Sí Existe. Ocurre cuando los involucrados actúan desde la madurez para afrontar esta nueva etapa de su vida. Es aquel en el que los que decidieron en el pasado consagrarse en matrimonio, en el presente eligen divorciarse de la mejor manera. Eso no sólo implica disminuir al máximo el desgaste emocional, sino apoyarse en abogados especialistas en los métodos alternos y prácticas colaborativas que evitan las pérdidas de tiempo y dinero que generan los conflictos de intereses. Esa es la clave para una separación exitosa, entendiendo que el éxito no es más que el resultado feliz y satisfactorio de un asunto. 

El Decálogo del Buen Divorcio fue declarado de utilidad pública por el Ayuntamiento de Madrid. Los comentarios que acompañan cada “mandamiento” son de mi autoría.

Registro Autonómico de Asociaciones ciudadanas: 16.931

Registro de Asociaciones Ayuntamiento de Madrid: 02.041

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