Prácticas Colaborativas

¿Deseas lograr una solución a tu conflicto de manera rápida, eficaz y menos onerosa?

El Proceso Colaborativo es la opción.

Las Prácticas Colaborativas o Derecho Colaborativo buscan intencionalmente la resolución mediante el mutuo acuerdo, como resultado positivo de la representación legal. Las prácticas de cooperación reemplazan la técnica adversaria y el litigio; y las partes están involucradas directamente en todas las negociaciones para la resolución.

Tienen sus orígenes en los años ´70 en Minnesota, Estados Unidos, donde el Abogado especialista en Familia Stu Webb descubrió la necesidad de implementar una cultura de paz en los procesos de divorcio. Su objetivo fue evitar los métodos adversariales y transformarlos en un ganar-ganar para las partes involucradas.

El Proceso Colaborativo puede iniciar en cualquier momento del conflicto, ya sea postergándolo o suspendiendo un litigio.

Cada cliente tiene su representación legal de manera independiente, quienes son los encargados de llega a un acuerdo de participación en el que se establecen las reglas, metas y expectativas, se respeta la confidencialidad y se comprometen a desvincularse del litigio.

La META es lograr acuerdos por escrito en todos los elementos con la participación de buena fe en el proceso.

Se compone de un equipo multidisciplinario entrenado en Prácticas Colaborativas. Participan los abogados de ambas partes como sus asesores jurídicos, los peritos neutrales que vienen a ser el especialista en la salud mental y un asesor financiero que actúan como facilitador del proceso.

En el caso que existan hijos dentro del matrimonio, es importante contar con la participación de un especialista en niñez y adolescencia para garantizar el equilibrio y bienestar del menor de edad.

Lo interesante de esta metodología

Además de que se toma en cuenta la aplicación del derecho, cada abogado tendrá la oportunidad de exponer sus consideraciones y hacer las debidas recomendaciones necesarias a su cliente.

También se velará porque la negociación fluya en armonía y así preservar el desarrollo coloquial en los tres ejes que la compone (Legal, Emocional y Financiero) como equipo interdisciplinario.

 

Cuando surge un conflicto en temas de familia – ya sea por Pensión de Alimentos, Guarda Crianza, Reglamentación de Visitas y por supuesto el divorcio – afloran sentimientos de dolor, falta de respeto y comunicación, culpa, vergüenza o rencor.

Todo esto, junto o separado, anula por completo los valores y principios que deben prevalecer independientemente del conflicto que ocasiono la confrontación. Es, sin duda, una reacción natural de los seres humanos.

Recientemente en Panamá nos certificamos alrededor de cincuenta (50) profesionales en Prácticas Colaborativas. Todos contamos con las herramientas necesarias para acompañar a nuestros clientes, de la mano de otros profesionales capacitados en Colaborativo, en un trabajo que debe lograr que las partes se enfoquen en los intereses verdaderos.

Aquellos que los llevarán a la solución de sus problemas de la mejor manera posible. Es un terreno donde los abogados no se atacan entre sí, pues que el objetivo final es lograr un acuerdo en la que ambas partes se sientan lo más complacida posible.

El Rol del Abogado Colaborativo

Es representar los intereses individuales del cliente y ayudarlo a llegar a su meta. Es un proceso que pasa por educar y aconsejar a quienes apoyamos sobre temas legales y opciones de acuerdos, colaborar con el abogado de la contraparte, ayudar a los clientes a articular sus intereses y lograr acuerdos alineados a sus necesidades, preparar documentos legales y el acuerdo matriz del proceso.

El abogado especialista en Derecho Colaborativo firma un contrato de confidencialidad sobre todo lo desarrollado en la mesa y se compromete a no utilizar dicha información en ningún proceso.

Es importante resaltar también que el abogado que ejerce como colaborativo no podrá representar a su cliente en un juicio en caso de que las partes no llegan a un acuerdo. Es deber del abogado resguardar y respetar la posición que de buena fe le ofreció al cliente con el objetivo de lograr un acuerdo que beneficiara a todos los involucrados.

El cliente perfecto para un Proceso Colaborativo es aquel que valora los recursos de tiempo, dinero y energía; que además es consciente de la relación familiar a largo plazo, le importa la crianza compartida y de calidad, busca privacidad y confidencialidad entendiendo que el proceso judicial no es la mejor opción para cumplir con las expectativas y/o necesidades de las partes por lo burocrático y dilatorio que representa.

Sin lugar a duda, cambiar los paradigmas en los procesos de familia es todo un reto porque a nosotros los abogados nos educaron para resolver los conflictos a través de la controversia. Si tomamos el camino de la confrontación, lamentablemente podemos destruir personas, incluyendo lastimosamente  a los niños.

Lo mejor siempre será apostar a una cultura de paz y resolver los conflictos de una forma civilizada y amigable, principalmente en los casos de familias con hijos. Los niños son el futuro de nuestra sociedad y es necesario que ellos crezcan en un ambiente de amor, respeto y paz.