Empoderamiento

Si hay algo muy cierto en este mundo es que las mujeres siempre nos mantendremos en constante lucha para que nuestros derechos se respeten y para ser consideradas capaces de asumir distintos roles en nuestras vidas. No se trata de querer ser superiores a los hombres, se trata de vivir en igualdad.

Así que, como feminista tengo claro que mi misión es lograr que nosotras mismas nos lleguemos a amar y respetar tanto, que los que están alrededor nuestro solo puedan tener hacia nosotras esos mismos sentimientos. Recordemos: Cada uno recibe lo que da. Si tenemos el tanque lleno de amor propio, no habrá cabida para que los hombres que se nos acerquen abusen o nos falten el respeto.

Es una ley: Como es adentro, es afuera. Y en el tema que nos compete ahora, no solo se trata de la relación que sostenemos con los hombres. También abarca cómo nos tratamos entre las mujeres. Así que otra de mis metas es lograr el respeto y el apoyo mutuo. Lo ideal es formar círculos de sororidad, con el objetivo de ser más fuertes, dejar atrás el papel de víctimas y convertirnos en triunfadoras.

Como atinadamente dice Kay Graham “Lo que debe hacer la mujer para elevar su poder es redefinir su femeneidad. Aunque el poder fue considerado un atributo masculino, el poder no tiene sexo”.

Oprah Winfrey en su emotivo y destacado discurso en la entrega de los Globos de Oro 2018, me dejo marcada con la siguiente frase “Decir la verdad es la herramienta más poderosa que tenemos” y con esto nos quiere decir que NUNCA debemos quedarnos calladas ante cualquier acoso, agravio o situación de violencia que te sientas víctima, porque te informo que no es una situación normal ni tampoco estas loca, ni estas mal. Los que están mal son los agresores. Por eso y por niñas emocionalmente saludables es que es tiempo de hablar y actuar.

Educación

En una oportunidad, asistí a una charla por el Día Internacional de la Violencia de Genero. Allí pude actualizarme en torno a las estadísticas, evaluar nuevos casos reales, conocer más sobre el apoyo que ofrecen los centros de atención a la mujer maltratada y los pocos recursos que aporta el Estado para estos asuntos. Pero lo que más me impactó de esta nueva experiencia educativa fue el conversatorio ofrecido por la psiquiatra Heidi Saavedra, especialista en violencia de género.

Es importante que podamos identificar cuál es el momento en llegamos a permitir que un hombre nos falte el respeto. Además cómo ese círculo vicioso puede ocurrir entre amigos, novios, esposos o entre perfectos desconocidos.

¡NO! es ¡NO! y punto…

¡Basta de continuar haciéndonos las víctimas!. En esta Era, eso de mantenernos en el papel de mártires o mojigatas ya NO nos queda. Tampoco es cuestión de volvernos unas guerreras súper agresivas, con cara de “¡no te me acerques o te mato!” Se trata simplemente de hacernos responsables de nuestros actos, de identificar hasta dónde somos permisivas y cuándo debemos decir “esto no lo tolero”.

Aprender que “¡NO! es ¡NO! y punto” implica expresar con claridad y sin titubear “no te permito que te dirijas a mí de esa manera”. Y esta postura, esta actitud de respeto hacia ti misma, también debe abarcar cosas aparentemente inocentes o tontas; como por ejemplo aceptar cierto tipo de canciones que caen en una forma de violencia muy denigrante. Que a decir verdad el ritmo es muy contagioso y te insta a bailarlo incluso a cantarlo a los cuatro vientos, pero si reflexionamos un momento, hasta ahí llega la proyección de una mujer que emana respeto.

En este tipo de situaciones, “incurren en violencia tanto los que bailan de forma vulgar e insinuante, como los que observan y se ríen”. La aparente diversión que ofrece la música, las luces y el alcohol hace que todo se vea normal y aceptable. La degradación de la mujer es imperceptible.

Mojigatería

Las observaciones en torno a los actuales temas musicales no buscan convencerte de que las mujeres tenemos que regresar a los oscuros días de los puritanos. Mucho menos que nos convirtamos en un nuevo modelo de santurronas. Con este ejemplo se quiere poner en contexto el hecho de que una mujer que tiene cuatro dedos de frente sabe que para disfrutar no tiene que entregarse al primero que le pareció bonito o le hablo lindo, tal y como insinúan estas canciones.

Tampoco es necesario exponerse. Mucho menos divertido es pasarse de tragos o estar pegando gritos. Pero si ya pasaste por una situación como esta, déjame decirte que se te fue la mano. Perdiste el norte y ya no tiene sentido lamentarse o avergonzarse. Ahora corresponde es pedir ayuda a un especialista de la salud mental; porque ese comportamiento, sin duda, se debe a que estás tratando de llenar un vacío. Algo te duele tan profundamente que apelas al exhibicionismo, al exceso de alcohol, incluso a las drogas para disminuir el malestar.

Cuando una mujer sabe valorarse, jamás cae en estas situaciones indignantes. Tampoco se convierte en ratón de biblioteca o alguien apático. Cuando las cosas internamente están en equilibrio, no necesitas que otras personas te reafirmen lo que eres. Bailas y disfrutar de la fiesta de la vida con seguridad y centrada en que tú estás en control de tu mundo. Sabes con certeza a dónde quiere ir y ese destino siempre es la felicidad.

Mantente pendiente de nuestras actualizaciones. En breve publicaremos un artículo que continuará con este ABCD para que aprendas a identificar cuándo estás frente a una situación de violencia que podría afectarte de por vida.

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